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"Derecho a Ciegas"

Corría un 8 de Agosto, en una época de infortunios históricos. Una flauta encontraba dueño, una causa a su luchador y la justicia a su discípulo. Ese día llegaste, durante 30 primaveras te quedaste; las primeras de ellas, dedicadas a hacer que el mundo se adaptara a tu grandeza, porque los límites nunca fueron tus amigos; fuiste un luchador incansable. Siempre tuviste una palabra de aliento que nos animaba a seguir adelante, nunca te rendiste ante las dificultades. En la universidad luchaste por lo que creías justo y nos contagiaste con tu perseverancia, a pesar de tu sabiduría nunca mostraste arrogancia. La música y el coló fueron tus dos pasiones, con tu alegría llenaste nuestros corazones. Hiciste de tus instrumentos tus pinceles, y de los escenarios tus lienzos, para llenarlos de colores y, por sobre todo, mensajes llenos de esperanza en un mundo mejor. Amigo, nunca te olvidaremos, tú paso por nuestras vidas dejó una huella imborrable, porque Nos enseñaste a pelear por nuestros derechos y a revelarnos ante las desigualdades. Y es que para muchos alumnos con ceguera o baja visión, el Pancho fue una de las primeras personas que conocieron cuando llegaron a la Facultad. Él no era sólo alguien más la salita vib, (”pesera” para los más antiguos), sino el compañero que nos entregaba los datos útiles y animaba a seguir en la carrera aunque a ratos se hiciera difícil. Fue nuestro amigo y compartimos vivencias distintas con él; La Salita, fue el punto de encuentro predilecto, y donde ocurrían las mayores locuras y desafíos, los que posteriormente llegaban a la práctica; historias que se entretejeron al ritmo de cachureos, 31 minutos, regeatton, bachata o cualquier canción que se nos ocurriera escuchar. La comida tampoco estaba ausente ¿cómo olvidar las miles de veces que comíamos en “secreto” en la biblioteca, cuando creíamos pasar piola, aun sabiendo que los tíos nos veían desde fuera, y cada vez que intentaban reprendernos, los coimabamos ofreciéndole una galletita o comprando un alfajor?. Fue en alguno de esos días cuando, de tanto compartir situaciones de adversidad en la vida académica de aquellos alumnos que tienen ceguera o baja visión, se decidió tomar acciones en pos de cambiar esta realidad para quienes venían después, y así nació Derecho a Ciegas, un grupo que permitió hacer patente la realidad ante las autoridades y obtener mejores condiciones dentro de la universidad. Francisco fue el precursor de Derecho A Ciegas, dado que con esta agrupación empezó a abrir puertas a los alumnos nuevos que ingresan a Derecho en la Universidad de Chile, empoderándolos e incentivando a que empezaran a exigir sus derechos. Cada día seguiremos trabajando en conjunto para seguir luchando por una educación más inclusiva y justa para las personas en situación de discapacidad Sabemos que el Pancho no disfrutó del todo los resultados de su gestión, porque se encontraba al final de la carrera, sin embargo su disfrute fue saber que los que venían de tras no sufrirían como él, (una de las grandes virtudes que recordaremos de él, luchar por lo que creía justo sin importar el costo ni el beneficio directo). Recordaremos a nuestro Pancho como el amigo verdadero, y chistoso, el amante de la música, de la política, el que siempre nos facilitaba sus apuntes, el hincha de Colo Colo, el que apañaba a almorzar, y el que si de disfrutar se trataba, siempre estaba dispuesto, con innumerables nuestras juntas en Teclado, uno que otro carrete de facultad, y cumpleaños. Tardes de copas, risas y de conversaciones largas sobre todo y sobre nada, las que nos hacían filosofar. La trascendencia de una persona está en las huellas que deja en su paso por nuestras vidas y cómo nosotros replicamos aquello que era digno de imitar en miras a hacer de esta una mejor sociedad. Gracias Francisco, gracias amigo. Tu obra será tu legado para la Universidad y para Chile.